Los radares indetectables, o también llamados invisibles Veloláser, están funcionando en las carreteras españolas desde principios del año 2018, y sin lugar a dudas los conductores son muy recelosos, ya que es muy difícil verlos.
Son muy difíciles de detectar ya que sus medidas son muy pequeñas, su altura es de 50 centímetros, su peso es sólo de 2 kilos, por lo que es muy fácil colocarlos por ejemplo en la cuneta, encima de un trípode, detrás de una señal, o dónde sea.
Otra de sus características que los hace invisibles, es que funcionan mediante una conexión wifi o 4G, es decir no hace falta que ningún agente esté con él, son completamente autónomos, por lo que es muy difícil localizarlos.